OR TESHUVA
  JUDAÍSMO NAZARENO
 

De la Pluma del Moréh:

En la mente de muchos cristianos debido a la enseñanza cristiana prevalece la idea de que quien llaman Jesús cuyo nombre correcto es Yeshúa se desentendió del Judaísmo, rompió con el judaísmo y creó una fe completamente nueva y desconectada de Israel, otros creen y hasta se atreven a enseñar que si Él no lo hizo lo hicieron los emisarios (apóstoles)  y con la ayuda de Shaúl/Pablo que vino después crearon el cristianismo, estas ideas tienen su origen en la falsa doctrina de la sustitución la cual predica que el cristianismo vino reemplazar al judaísmo.

Tales ideas distan mucho de la verdad ya sea esta bíblica o histórica, en su libro “Christianity Jewish” Edith Shaeffer, 1975, pág. 171 declara:

-          Tanto Pedro, Esteban como los demás, cuando predicaron decían: “El Di-s de Abraham, Isaac y Jacob, El Di-s de nuestros padres…” para que sus oyentes pudieran ver la continuidad histórica de las promesas y su cumplimiento”.

Uno de los más grandes historiadores de la Iglesia Cristiana, Justo González, en su libro “The Story of Christianity”, 1984, pág. 21 expresa:

-          Los cristianos primitivos no se consideran a sí mismos como seguidores de una nueva religión.   Todas sus vidas habían sido judíos y continuaron siéndolo.   Esto fue cierto de Pedro, de los Doce, de los Siete, y de Pablo, su fe no fue una negación del judaísmo sino la convicción de que la Edad Mesiánica había finalmente arribado… los cristianos primitivos no rechazaron al judaísmo sino que llegaron a la convicción de que su fe era el cumplimiento de un largo tiempo de expectación por su Mesías.

El Emisario Shaúl/Apóstol Pablo nos hace una declaración que debe ser analizada:

-          Los cuales también saben que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la mas rigorosa secta DE NUESTRA RELIGIÓN, viví fariseo. (Maaseh/Hechos 26:5 Reina Valera 1960)

-          Puesto que ellos han sabido de mí desde hace mucho tiempo, si están dispuestos a testificar, que viví como fariseo, de acuerdo con la secta más estricta de NUESTRA RELIGIÓN. (Nueva Biblia de los Hispanos)

En ambas versiones hasta un niño con entendimiento puede apreciar que el Emisario Shaúl/Apóstol Pablo tiene una religión, la expresión “EN NUESTRA RELIGIÓN” nos lo demuestra, pero que FUE DE UNA SECTA RIGOROSA DE ESTA MISMA, aquí surgen dos preguntas ¿Cuál es esta religión? La respuesta la da el mismo Shaúl/Pablo y en compañía de la respuesta uno nos da la respuesta a la segunda pregunta ¿Cuál era esta secta? La Escuela de los Fariseos (Galatiyim/Gálatas 1:13-16).    Así que tiempo después de su conversión el Emisario Shaúl/Apóstol Pablo sigue diciendo del Judaísmo: Nuestra Religión, pero el ya no es más fariseo, ya que estos a diferencia de él no han recibido la revelación del Hijo de Di-s, entonces el ahora está en otra secta (rama, partido, elección) o escuela de judaísmo, ¿Qué rama es esta? ¿Judaísmo Mesiánico? NO, sino la rama de los Natzratim/Nazarenos (Los seguidores del Rab Yeshúa y sus enseñanzas)   Judaísmo Nazareno. (Maaseh/Hechos 24:5).   Ahora podemos oír al Apóstol Pablo decirnos claramente:

-          Pues ellos me conocen desde que nací, que den testimonio de mi, en nuestra religión, el judaísmo, practique el judaísmo ortodoxo con la esperanza de un Mesías por venir, pero ahora soy observante del judaísmo nazareno con él Mesías ya venido en la persona de Yeshúa nuestro Rab.

La Teología que afirma que el cristianismo nada tiene que ver con la Toráh tuerce así las Escrituras y la única cosa que prueba es que el cristianismo se ha excluido a sí mismo del judaísmo, de la Toráh y de Israel.   Decir que el Nuevo Pacto es una negación del judaísmo y una abolición de la Toráh, es violentar las Escrituras que no enseñan tal cosa, es una equivocada teología de origen humano, en este sentido Marvin R. Wilson en su libro “Our Father Abraham” 1994, pág. 47, expresa:

-          La evidencia del Nuevo Testamento es irrefutable acerca del comienzo de la iglesia: en sus orígenes el cristianismo fue esencialmente judío.   La ausencia de esencialidad judía en la iglesia de hoy, es un asunto de historia y no de orígenes.

Ahora bien, hay que aclarar algo, que aunque este autor reconoce el judaísmo como seno de lo que él llama cristianismo, la frase “el cristianismo fue esencialmente judío” esta fuera de contexto histórico, sería como decir que “el protestantismo fue esencialmente judío”.   La razón es la misma, ni el cristianismo, ni el protestantismo existían en aquel momento histórico.   No obstante la observación de Wilson es correcta, nada más que lo que él llama “cristianismo” fue realmente en ese tiempo “Judaísmo Nazareno” o si queremos decirlo más genéricamente: “Mesianismo”.

En base a todo esto, podemos notar que él judaísmo nazareno tiene sus raíces  bien firmes en el judaísmo, es una más entre las diversas corrientes (sectas: partidos, escuelas) del judaísmo del tiempo de Yeshúa, de hecho sería el de la escuela de Yeshúa.  En este tiempo la más vieja de las ramas de judaísmo que existan, su diferencia con las demás se basa fundamentalmente en que sus practicantes aceptan a la figura de יֵשׁוּעַ Yeshúa como "El Mesías", que es de donde obtiene el nombre "Nazareno” (Testimonio de Matityahu/Mateo 2:23) este término no debe confundirse con “nazareo” ni con el término que hoy usan los judíos para referirse a los cristianos “Notzrim”. Los Netzarím o Natzratim/Nazarenos se consideran a sí mismos como judíos en religión, practican su fe de manera que ellos se consideran observantes de la Toráh, están totalmente apegados a las normas, creencias, tradiciones, calendario, fiestas, cultura y apariencia del judaísmo ortodoxo que consideran "hermano" siempre y cuando estas normas emanen de la Toráh o contribuyan a la obediencia a ella, sometiendo así los conceptos del judaísmo ortodoxos a las reglas expresadas en los Escritos Nazarenos (Nuevo Testamento).

Sin embargo, ninguna de las corrientes del judaísmo, desde los ultra ortodoxos hasta los reformistas, consideran al judaísmo nazareno como una forma de judaísmo, debido que el Judaísmo Nazareno y el movimiento religioso denominado Judaísmo Mesiánico acepta el Nuevo Testamento y a Jesús de Nazaret como Mesías, por otro lado muchos cristianos consideran al Judaísmo Nazareno como una forma de cristianismo judaizado, cosa que no es así ya que los "nazarenos" no practican lo que se conoce como cristianismo nominal aunque parezcan serlo.

Así que 50 años después del Mesías a los discípulos se les llamaba "nazarenos" entre los judíos y “mesiánicos” entre los gentiles y a sus lugares de reunión "Sinagogas" esto fue hace hasta entrados los años 320 - 325.   Los orígenes del Judaísmo Nazareno se remontan al siglo primero de la era común, en la que doce judíos provenientes de diversas corrientes y esferas sociales, creen que en Yeshúa de Nazaret se cumplen varias profecías mesiánicas anunciadas por los patriarcas y profetas.    Se les conoció también con otro nombre "Los del Camino" y permanecieron fieles a la Toráh y como una más de las corrientes judías de la época, El Templo de Jerusalén continua siendo su sitio de adoración y las fiestas levíticas sus celebraciones.   Es de observarse que el judaísmo nazareno no vino de a fuera del judaísmo sino que este fue su seno, nació dentro del mismo, pero se separo como rama por la diferencia de que los que lo practicaban creían que Yeshúa era El Mesías.   Sin embargo en el paso del tiempo muchas cosas cambiaron.  

El Judaísmo Nazareno, poco a poco se fue convirtiendo en “cristianismo”, no por parte de los judíos fieles a la Toráh y al judaísmo del siglo I (Maaseh/Hechos 21:20) mucho menos por influencia del Emisario a los gentiles Shaúl/Pablo (Maaseh 24:14).    Sino por parte de judíos helenizados y gentiles (extranjeros, no judíos), después de la guerra del 132 de nuestra era cuando los judíos atacaron a los romanos, estos bajo el mando del emperador Adriano aniquilaron a miles de judíos, tomaron Israel, Jerusalém fue declarado territorio prohibido para los judíos, la tierra de Israel fue llamada Palestina y Jerusalém fue llamada “Aelia Capitalina”.

Debido a que Jerusalém ya no existía, ni tampoco Israel, los judíos nazarenos fueron disminuyendo lentamente y un nuevo liderazgo comenzó a tomar la dirección del movimiento mesiánico, si bien sabemos por Eusebio (Historia de la Iglesia) que 13 líderes judíos regresaron a Jerusalém después de su primera destrucción por los romanos y dirigieron el movimiento mesiánico, hasta el 135 de nuestra era, cuando tiene lugar la segunda guerra, la verdad es que a partir de la conclusión de la guerra y la victoria romana sobre los judíos, lo gentiles (no judíos, extranjeros) convertidos a la fe nazarena tuvieron que asumir el liderazgo del movimiento por la ausencia de sus hermanos judíos nazarenos.

Esto provoco la fase final de separación total entre el judaísmo rabínico y el judaísmo nazareno, pero también significo el comienzo de  la desaparición del judaísmo nazareno y el inicio del cristianismo.     De la desconexión de Israel surge el rechazo de todo lo que viniera de Israel y del judaísmo, tanto fue la transformación del judaísmo nazareno a cristianismo que llego al grado de que si un judío se convertía al cristianismo tenía que renunciar totalmente a su judeidad y venir a ser una cosa totalmente distinta a lo que habían sido sus antepasados.   En otras palabras hacer “gentil” (no judío, extranjero) a un judío se convirtió en la meta del cristianismo para este momento.

Debido a la renuncia de sus raíces hebreas, el término “mesiánico/cristiano” que al principio fue usado helenísticamente a los gentiles (paganos, extranjeros, idólatras) que abrazaban la fe nazarena y se convertían al Di-s de Israel por medio del Mesías, vino a significar otra cosa totalmente diferente: uno que seguía la interpretación de la fe cristiana como entendida por el concilio romano y el cristianismo oficial (ya convirtiéndose en lo que hoy llamamos: catolicismo).   Esto llevo un proceso de gentilización por medio del cual todo judío que se “convertía” tenía que abandonar completamente su cultura y herencia hebrea bajo la estricta vigilancia del poder imperial.   En la Iglesia Cristiana Universal ahora existente se formulo una declaración para los judíos conversos que tenías que decir cuando se convertían al cristianismo:

-          “Yo_________________ renuncio a todas las costumbres, ritos, legalismos, panes sin levadura y sacrificios de corderos de los hebreos, a todas sus fiestas, sacrificios, oraciones, aspersiones, purificaciones, santificaciones, propiciaciones, ayunos, nuevas lunas y shabbats, supersticiones, himnos, cánticos y observaciones de la sinagoga y a la comida y bebida de los hebreos.   Por esas palabras, renuncio a todo lo que sea judío, cada ley, cada rito, cada costumbre, y si después de esta renuncia deseará negarla y regresar a la superstición judía o sea encontrado comiendo con los judíos, o ayunando con ellos o secretamente conversando con ellos, y condenando la religión cristiana en vez de confundirlos a ellos y condenarles su vana fe, entonces permita que la maldición de Caín y la lepra de Gesy caigan sobre mí, tanto como los juicios legales que reconozco que soy merecedor.  Y puedo entonces yo ser anatema en el mundo que viene y que mi alma sea echada fuera con Satanás y los demonios.

¿Será que Yeshúa y los Emisarios/Apóstoles como todos los cientos de judíos nazarenos del siglo I habrían hecho esta declaración, cuando en la Miqráh/Escritura leemos de su fidelidad a la fe judía, a las fiestas bíblicas, a la tradición y costumbre sustentada por la Escritura, en una palabra al judaísmo?   En ninguna manera.   Por el contrario ellos la hubieran rechazado y hasta maldecido.   Pero ¿Qué hacer un judío cuando la gran mayoría cristiana ahora era romana y la fe en Yeshúa tenía otra cara?

Sin embargo es en el siglo XIX, cuando estos judíos convertidos al cristianismo despiertan, dándose cuenta que por cientos de años les han hecho hacer algo que quienes se los exigen no hacen “renunciar a su cultura” y es así como dentro del cristianismo como una “protesta” surge el movimiento hebreo-cristiano que concluyo siendo hoy lo que conocemos como judaísmo mesiánico pero no podemos pasar por alto que sus precursores estaban aleccionados en la doctrina cristiana y desconectados del judaísmo, sin embargo por intervención directa de Yeshúa al revelarse personalmente al Rabino Judío Ortodoxo Daniyel L'Zion (llamado también David) quien le reconoció como El Mesías, el Judaísmo Nazareno renació dentro del mismo judaísmo y una vez más al igual que en el siglo I, con Yeshúa dentro de las filas del judaísmo, él judaísmo nazareno renace en cuna judía, y desde dentro del judaísmo comenzó su restauración, este ayudo al Judaísmo Mesiánico a consolidarse, llevando así incluso a cientos de cristianos a redescubrir las raíces hebreas de la fe.   La Gloriosa Restauración de los tiempos finales ha comenzado, tristemente el esperado "avivamiento" jamás llegara, si la Iglesia, el Cristianismo e incluso el judaísmo mesiánico no se vuelven a sus raíces bíblicas: El Judaísmo Nazareno.

 
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