OR TESHUVA
  Los Cuatro Roshim Hashanim
 

Los 4 Años Nuevos Judíos

Antes de comenzar esta Derashá (enseñanza/investigación) debe ser comprensible a nuestra mente el asunto de las dos casas de Israel, la Casa de Judáh, llamada en las Escrituras y testimonio de los Emisarios como “los judíos” y la Casa de Israel llamada como Efráyim o Israelitas dispersos asimilado.    Entendido esto, como Casa de Israel dispersa entre las naciones, en el retorno a nuestra identidad Israelita, mucho tiene que enseñarnos la Casa de Judáh la cual ha preservado, la Toráh, las Festividades y las costumbres.

Existen algunos “maestros” provenientes del cristianismo o paganismo, que abrazan las "raíces hebreas de la fe", que llenos de argumentos, tabúes, antisemitismo, y dogmas se quedan estáticos en el camino de la Teshuva en un punto en el que su conversión de gentil a Israelita lucha con conceptos que llenan la mente y el corazón de quienes han estado por cientos de años fuera de casa, de la tierra de Israel, y del pueblo.     Conceptos tales como “eso que hacen los judíos no es así”, “aquello no lo dice la Toráh” “nuestra vuelta no es a los judíos sino a la Toráh del Abba”, etc., esto es bueno porque nos permite tener una Teshuva con mucha precautoria pero también es peligroso pues pudiera no permitir una Teshuva plena no solo a la Toráh del Abba sino a nuestra identidad.

Muchos excusan que los judíos de hoy y el judaísmo se han apartado de la Toráh, siguen dogmas rabínicos, etc., pero a la misma vez copian y hacen cosas “de esos judíos” como tomar sus cantos, su música, etc., cayendo en algo que yo personalmente llamo “hipocresía religiosa”,  pasando por alto dos principios Escriturales y Testimoniales los cuales son:

-          Ha Kadosh Baruj Hu (El Santo Bendito Es), siempre se ha reservado un remanente, y especialmente de la Casa de Judá pues de ella vendría el Mashíaj Yeshuá (Bet Melajim – 2 Reyes 19:30-34) (Yermiyahu – Jeremías 23:1-6) (31:7) (Abdías 17) (Sofonías 2:7) (Zekaryáh – Zacarías 2:7-13) (Carta a los Romiyim – Romanos 11:1-5) (11:11-12)

-          El lugar en la profecía del Israel que vuelve, no es arriba del judío, ni delante del judío, sino en pos (detrás de) de un judío, y no dice de un “judío mesiánico” mucho menos  de un “mesiánico gentil” sino de un judío, si el pueblo judío de hoy no es ese pueblo judío que estará ahí cuando las tribus dispersas y asimiladas retornen, entonces la profecía de la restauración de la Casa de Israel no puede ser cumplida en nuestros días y el movimiento mesiánico que lo proclama es una farsa (Zekaryáh 8:23) y si esta profecía es verdadera, entonces mesiánicos dejémonos de tanta vuelta y ocupemos nuestro lugar correspondiente en la profecía.

Habiendo dejado mi postura personal respecto a Él pueblo judío que guarda Toráh y el judaísmo bíblico, nos queda más que claro, que El Pueblo judío que guarda Toráh, es un remanente que queda de la Casa de Judáh, que ha sido preservado a lado del Padre, (parábola del hijo prodigo) que quienes se fueron fuimos nosotros, no queramos ahora venir a convertirnos en Maestros de Toráh a quienes siempre la han tenido, es nuestro deber mostrarles a Mashiaj en la persona de Yeshúa, pero para ello debemos provocarles a celos, lo cual es nuestro ministerio, teniendo una justicia mayor que la de los “escribas y fariseos” (judaísmo ortodoxo) en cuanto al cumplimiento de la Toráh, de las costumbres y del lenguaje hebreo.  Habiendo expresado esto ahora entremos a tema…

¿Cuándo es año nuevo?

Cuando los conversos que vienen del paganismo y del cristianismo se topan con el término hebreo ROSH HASHANA, el cual significa de forma entendible “año nuevo” en seguidas canalizan ese término al concepto común o Goy (pagano) que se tiene de año nuevo, pero mientras más profundizan en la fe hebrea descubren que el pueblo judío y el judaísmo que guarda Toráh celebra “en un año” 4 años nuevos, y la mente gentil, corta de entendimiento algunas veces no comprende esto, mucho menos si no pide una explicación respecto al tema y se crea un panorama confuso a sí mismo o se inventa cosas las cuales sacan a relucir sus antiguos credos cristianos o paganos.

Esto ha llevado a algunos llámense “mesiánicos”, “nazarenos”, “raíces hebreas”, etc., (digo siguen en las mismas de cuando eran cristianos, divididos por doctrinas e interpretaciones cuando tan sencillo que fuera ocupar nuestro lugar en pos del pueblo judío que guarda Toráh y listo, pero no cada quien quiere seguir en su caballo montado), sigo, esto ha llevado a muchos o sacar conclusiones como: "La Toráh no habla de año nuevo", "los cuatro años nuevos no están en la Toráh", "El año nuevo es en Abib no en Tishrei", etc., debido a que su mente aún no comprende la fe judía y sus costumbres emanadas de la práctica de la Toráh.

Hace algunos días leí unos temas de cierto Roím (pastores) mesiánicos que decían que la Toráh no manda celebrar año nuevo, otro que es loco celebrar año nuevo en el séptimo mes como lo hacen los judíos, y otro que el año nuevo se celebra el primero de Nisán, una diversidad de ideas entre aquellos que dicen “seguir la misma Toráh” y el problema no lo es la Toráh, sino que aun siguen arraigados a antiguas creencias.    El punto de base que ellos quizás no han entendido plenamente el concepto de Rosh Ha’Shana dentro de la mentalidad hebrea y el trasfondo bíblico que gira alrededor de cada uno de los Roshim Hashanim (años nuevos).    Desde aquí entonces dejamos en claro que “un año nuevo” hebreo no está en el mismo concepto y festivo que de un año nuevo pagano, tanto así que nuestro noble pueblo judío no celebra un solo año nuevo al año, sino cuatro, hasta en eso somos diferente, que locura, pero así son las cosas del Eterno para el mundo, aunque hay cierto énfasis por  parte de algunos “judíos” en cuanto a la celebración de un Rosh Ha’Shana, la halajá (orden-regla) judía dictamina 4.

Entendiendo el Término

Rosh Ha’Shana, comúnmente se entiende como “año nuevo”, pero desde el punto de vista religioso ortodoxo de un judío observante, Rosh Ha’Shana significa exactamente: “Rosh” Cabeza y “Ha’Shana” El año, por lo tanto correcta y religiosamente significa “Cabeza de un año” o de una manera más explícita  “encabezamiento” de un año, así pues nosotros tenemos cuatro Roshim Hashanim (años nuevos) o “cabezas de años” siendo cada una de ellas el comienzo de la cuenta anual para diferentes finalidades.

De este modo, no celebramos “un año nuevo” como el paganismo cosa que no nos esta ordenada en la Toráh, pero si festejamos cuatro encabezamientos de tiempo para diferentes finalidades cosa que no está prohibida en la Toráh, y que nuestros sabios reglamentaron en base a la propia Toráh.   Lamentablemente, cierto grupo de “judíos” modernizados han dado más auge a determinado Rosh Ha’Shana, para de este modo mostrar al resto de las naciones que celebramos igual un año nuevo (así que por favor no generalizemos el termino Yehudí-Judío), pero en los círculos más tradicionales no se hace tal cosa, sino que los cuatro encabezamientos de año son celebrados con la misma alegría y festividad.

Entonces un Rosh Ha’Shana, es un “encabezamiento”, y marca al mes en el que se celebra como “El primer mes” para ciertos eventos y actividades que vienen en pos de ese Rosh Ha’Shana.

Feliz año nuevo vs Buen Año

¿Sabían ustedes que de hecho en ninguno de los Roshim Hashanim, aun en el que tiene más auge entre los israelíes (no israelitas) en ninguno se dice “feliz año nuevo”?   Hasta en eso diferimos del mundo en general, en lugar de eso decimos la frase hebrea Shaná Továh que, a pesar de la mala traducción que aparece en casi todas las tarjetas de saludo de ciertos israelíes, no tiene ninguna conexión con la expresión “feliz año nuevo”.

Shaná Továh transmite el anhelo de un ‘año bueno’, no de un año feliz.   Y la razón que hay tras esta diferencia tiene una gran importancia, ¿Cuál es esa diferencia? Lo definiré con la siguiente expresión:  “La gente feliz obtiene su alegría de recibir, mientras que la gente que tiene una vida significativa obtiene su alegría de dar a otros”.  En otras palabras, el sentido trasciende al ego, mientras que la felicidad implica darle al ego lo que quiere.   Desear un feliz año nuevo implica darle primacía al ideal de una cultura hedonista cuyo objetivo principal es pasarla bien, mientras que buscar un año bueno implica reconocer la superioridad del significado por sobre la alegría del momento.

La palabra bueno tiene un significado especial en la Toráh.  La primera vez que encontramos esta palabra es en la serie de oraciones en la cual Di-s, después de cada día de creación, ve su obra y la proclama buena.  Y no sólo eso, sino que cuando Di-s completó su obra vio todo lo que había hecho y “he aquí que era muy bueno”.   ¿Qué significa eso? ¿De qué forma era bueno el mundo? Obviamente no estaba siendo elogiado en un sentido moral.  Los comentaristas ofrecen una profunda idea: la palabra bueno indica que cada parte de la creación cumplía con el propósito de Di-s; cada parte era buena porque era lo que debía ser.   Este es el profundo significado de la palabra bueno cuando es aplicada a nosotros y a nuestras vidas.  Somos buenos cuando logramos nuestro propósito; nuestra vida es buena cuando en ella se cumple lo que tenemos que hacer.

Todos conocemos a muchas personas de las que se puede decir que “tuvieron vidas buenas” a pesar de tener que sufrir una gran infelicidad. De hecho, las personas realmente grandes eligieron vidas de sacrificio en lugar de placer y dejaron un legado de inspiración y logros que nunca podrían haber alcanzado si sólo les hubiese preocupado la gratificación personal.   Un Shaná Továh, un año bueno —desde una perspectiva espiritual— contiene mucha más bendición que uno simplemente feliz.

Uno podría pensar que tener más dinero es la clave para la felicidad.   Pero hay millones de personas que atestiguan en base a su propia experiencia que esto no es cierto. Pero si tener más dinero no te hará más feliz, ¿qué lo hará? Los científicos sociales arribaron a una conclusión importante: pese a que tener más dinero no lleva automáticamente a la felicidad, ¡regalarlo casi siempre lo logra! Por eso en el judaísmo bíblico la práctica de la Terumá (ofrenda, regalos), Maaser (Diezmo) y Tzedaká (caridad) han sido de gran bendición a quienes la practiquen sean o no hijos de la alianza.    Una vida significativa es el objetivo supremo, y en nuestra búsqueda de una buena vida descubriremos la recompensa de la felicidad verdadera.

Los 4 Roshim Hashanim

Después de a ver dejado el aporte de nuestro entendimiento y de lo que hemos aprendido respecto a los “años nuevos judíos”, ahora veamos cuales son cada uno de estos encabezamientos de tiempo que hay en nuestro calendario hebreo en el orden que los vemos estipulados en la Tanaj (Toráh, Profetas y Escritos) no el orden cronológico sino el orden Escritural, en esta Derasha no comentaremos respecto a cada uno de ellos, sino solo haremos referencia a cada uno de ellos.

Rosh Ha’Shana de Abib (Nisan)

1 De Nisán, es el principio de año de acuerdo a la cuenta bíblica, para conmemorar la salida de Egipto, como un aniversario memorial; y era el principio del año para los reyes: de tal modo, aun si un rey de Israel asumiera el trono el 29 del mes de Adar, ya al ser el día siguiente el primero de Nisán, se consideraba su segundo año de reinado. (Redención y Libertad)

Rosh Ha’Shana de Elul

1 De Elul, es el comienzo del año para el año sabático, y de jubileo, para la plantación y las verduras.  El principio del año para realizar la cuenta del diezmo de ganado a apartar según las prescripciones religiosas. (Consagración y Devoción)

Rosh Ha’Shana de Tishrei

1 de Tishrei, el principio del año según el calendario hebreo moderno, conmemorando el aniversario de la Creación del Universo, y era la fecha en que comenzaba la cuenta de los años, los años sabáticos cada séptimo año, en que las tierras quedaban sin cultivar y en barbecho, y los jubileos cada 50 años, en que prescribían las deudas y los esclavos quedaban libres. (Creación, Nacimiento)

Rosh Ha’Shana de Shevat

15 de Shevat, el año nuevo de los árboles, siendo esta la fecha de su despertar luego del letargo invernal. (Regeneración, Nuevo Nacimiento)

Conclusión:

Cada uno de estos Roshim Hashanim tiene algo que enseñarnos en nuestra vida de obediencia y caminar en la Toráh, en su orden cronológico Rosh Ha’Shana de Tishrei sería el primero y nos habla de la creación, de nuestro nacimiento como seres humanos, pero esta creación, esta humanidad nacida cayo, se corrompió, por lo tanto necesita ser levantada, volver a despertar, ser regenerada, pero no lo podrá lograr a menos que no experimente una libertad completa de su caída al transgredir la voluntad divina (Toráh) no será libre de ella a menos que no experimente la redención obsequiada por el Padre en la persona de Yeshúa el Mashiaj Judío, y cuando experimente esa hermosa redención tendrá libertad para poder vivir de nuevo en santidad y consagración a Hashem.

Si lo aplicamos en el orden Escritural, estos cuatro Rosh Hashanim son un mensaje permanente cada año de que La Libertad de la esclavitud del pecado (transgresión de la Toráh) (1 Juan 3:4) solo pueden obtenerse en la expiación obrada en la redención que El Padre nos ha provisto, y cuando verdaderamente se obtiene, comenzamos a experimentar “Kedushá” (Santidad) de todo lo que somos y poseemos, de este modo esta humanidad caída, teniendo gente redimida podrá experimentar una nueva creación (regeneración).

Celebremos pues con gozo cada uno de los Roshim Hashanim, ya que cada uno tiene algo que enseñarnos, recordarnos e involucrarnos tanto en nuestro crecimiento personal, espiritual, familiar, congregacional, físico y material.

Con amor en Yeshúa su haver:
Rosh Mikhael Ben Rajman


 
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