OR TESHUVA
  El Hombre: Un alma viviente
 

El Alma del Hombre

 

Introducción:

Los antiguos teólogos razonaron que el plan de Dios y la naturaleza del universo reconocen tanto lo material como lo inmaterial.  El cuerpo del hombre pertenece a lo material y el alma a lo inmaterial.   Pensaban que así operaba la ley de la naturaleza, por lo cual el espíritu del hombre era inmaterial con idéntica naturaleza que el alma.  ¿A qué se debió esto?

Desde las tempranas traducciones tanto del Tanak (Libro del Pacto) mal llamado Antiguo Testamento como de los Ketuvim Natzratim (Escritos Nazarenos) mal llamado Nuevo Testamento, ha prevalecido una confusión que ha desviado de su verdadero significado a la noción o concepto del ser interior dentro del ser humano, y esto es debido al uso incorrecto de la palabra para denominar tal concepto.   Había dos palabras en hebreo que carecían de equivalente en griego (en aquella época, el Koiné era el dialecto en boga): rúaj (espíritu y en género femenino) y néfesh (alma, masculino). Ambas fueron traducidas al griego como psyjé, la que asimismo fue usada para traducir del hebreo hacia el griego una tercera palabra, la palabra "mente", por lo cual psyjé vino a significar, indistintamente, "mente", "espíritu" y "alma".

En los Escritos Nazarenos (Nuevo Testamento)  frecuentemente los términos espíritu y alma son usados intercambiablemente (Lucas 1:46-47) (2ª Corintios 7:1) (Santiago/Jacobo 5:20) (1ª Pedro/Kefas Alef  2:11) en otros casos de forma opuesta (Bereshit/Génesis 17:14) (35:18) (Devarim/Deuteronomio 12:20) (6:5) (Shoftim/Jueces 16:16) (1 Samuel 1:26) (Yob/Job 33:20) (33:28) (Tehilim 35:13) (16:10) 

Otros afirman: el hombre es tricótomo, compuesto por espíritu, alma y cuerpo, argumentando que la tricotomía es la mejor forma de explicar los tres niveles de conciencia en los hombres:

Nivel 1: Autoconciencia, a través del alma;

Nivel 2: Conciencia del mundo, a través del cuerpo;

Nivel 3: Conciencia de Di-s, a través del espíritu.                                                           
El erudito hebreo Dr. Merril F. Unger ha escrito sobre este asunto que "Los dos términos (alma y espíritu) frecuentemente son usados intercambiablemente... Desde luego, alma y espíritu como términos sinónimos no son siempre empleados en forma intercambiable. Es dicho que el alma se pierde, pero el espíritu no. Cuando no se destacan diferencias técnicas, la Biblia es "dicotómica", pero de otro modo, es "tricotómica".   Los teólogos han meditado sobre esta distinción incesantemente."   La mayoría concluye que la naturaleza del alma humana es un verdadero misterio, el cual simplemente, no puede ser resuelto por la mente mortal.  Sería necio intentar una respuesta dogmática a esta cuestión.

Una respuesta judía.

Intentemos una respuesta a este tema tan complejo desde una perspectiva Judía Ortodoxa, utilizando la Biblia Hebrea/Tanak.   Las Escrituras nos hablan de que YAHWÉH tomó tierra del suelo y moldeó la figura del ser humano.  Mientras la figura de Adán estaba aun reposando inmóvil en el piso, la Escritura declara "y formó" con doble "YOD".  Lo cual no tiene una explicación lógica pues la palabra "y formó" (VE’YYATZAR), así, como si dijésemos en español: "y FFormó".  Dejemos este ejemplo por un momento y observemos que la creación de los animales es descrita en la escritura con la manera normal hebrea "y formó" "VE’YATZAR".

a)    Nuestro Cuerpo:

Los rabinos explican que la Toráh está mostrando aquí que la creación de Adán no fue meramente física, sino que YAHWÉH lo formó con una naturaleza dual (con alma). (Genesis Rabá 14:4).   Aunque su cuerpo fue producto del polvo, Adán poseía un alma. Adán/Adam fue creado con la capacidad de vivir en dos mundos, en este mundo/Olam Haze y en el Olam Habá /por venir.   Por esta causa a Adán le fueron dadas "inclinaciones", las cuales eran diametralmente opuestas, una orientándolo a lo que es bueno y noble (espiritual) y otra que lo presiona hacia el mundo material (los placeres materiales y los deseos, los cuales no son necesariamente malos).

Lo primero que observamos en la Toráh sobre nuestro cuerpo, es el extremo cuidado con el que Adonai (El Eterno Padre) El mismo lo formará, y le dio vida con su propio aliento, a los demás seres vivos los creó con el poder de Su Palabra, pro grupos y según su clasificación biológica (género y especie).   Para formar al hombre y a la mujer, Adonai nos dice claramente que pensaba hacer criaturas diferentes y especiales, a su propia imagen y conforme a su semejanza.   Adonai creó a su imagen al hombre y a la mujer porque les dio Su esencia espiritual y les dio libre albedrío.   El asunto de Imagen y Semejanza debe quedarnos claro, pues al encontrar lo que estas palabras significan en el idioma original en el que se expresaron encontramos también la clave para entender las diferencias entre el hombre y la mujer como también encontramos una visión más amplia de la diferencia entre seres humanos y animales.

En Hebreo imagen (tselem) (imagen o reflejo, copia) y semejanza (demut)  (apariencia exterior, figura, molde o diseño) (Bereshit 5:3).   Tselem se refiere a la naturaleza humana en sus características no visibles: intelectuales, espirituales y racionales.   La razón de que el hombre tenga estas características es que Eloha creó al hombre a Su propia imagen con reflejos de algunas de sus características no visibles: libre albedrío, raciocinio, capacidad intelectual, sentido de la justicia, autoridad y espiritualidad.   Demut, se refiere a la forma visible de la figura humana.   Es de intuirse que el modelo que Adonai uso para crear al hombre conforme a su semejanza (demut) fue El Mesías Yeshúa, pues El antes de que el hombre fuera creado ya existía en la semejanza que había de tener El como hombre adulto cuando estuvo en la tierra.

Esta preexistencia del cuerpo de Yeshúa supone una situación interesantísima: Yeshúa fue el modelo de la apariencia exterior del hombre, del cual también tomo al nacer la misma forma que El mismo ya le había dado como su modelo.  Esto es una muestra de la esencia divina de Yeshúa, esto lo comprobamos cuando nos fijamos con cuidado y oímos a Elohim (Dioses) hablar  “hagamos” y “a nuestra”.   Otro apoyo para esta afirmación es que al expresar esto Di-s, es en referencia a la creación del varón, eso quiere decir que el hombre sería semejante en lo interior a Eloha y en lo exterior a Yeshúa.

El varón fue creado a imagen de Di-s y semejanza de Yeshúa, mientras que la mujer fue creada a imagen de Di-s (Bereshit 1:26-28) Nótese  que se omite la palabra demut en el verso 27, por causa de la mujer.   Aquí llegamos a la primera cirugía en la historia, El Eterno tomo una de las varias costillas de Adán y luego la restauro puesto que hoy tenemos igual número de costillas en ambas partes  de nuestro esqueleto humano, ahora resulta interesante notar que el final del verso 22 lee: “y la trajo al hombre”, esto sugiere que El Eterno se alejó de Adán con la costilla que le había quitado para hacer a la mujer, también da a entender que la hizo en un lugar distinto y solo cuando la hubo creado regresó con ella para dársela al hombre.   La palabra hebrea usada para decir trajo es “bo” (vino con ella).   Podemos conjeturar que El Eterno se tomó su tiempo en otro lugar para hacer con todo cuidado la obra cumbre, de la obra cumbre de su creación: La Mujer.   

Nishmát jayim (Aliento de Vida)

En Génesis/Bereshit 2:7 dice:

-          Entonces YHWH Elohim formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.

El Alma humana está compuesta por dos elementos:

1. El NESHAMÁ: Corresponde al más alto nivel de conciencia, la conciencia de lo KODESH/SANTO.
2. El NÉFESH: Corresponde a la conciencia del mundo material. El Nefesh se refiere más a la "psiqué", a la personalidad.

Sería erróneo para el hombre enfocarse solamente en lo espiritual (Neshamá) negando el mundo físico (Nefesh).   También sería erróneo para el hombre enfocarse solamente en el mundo físico (Nefesh) negando el mundo espiritual (Neshamá). Debe haber un balance, esta es la función del "libre albedrío", la libertad de escoger y que exista un balance entre Nefesh y Neshamá.   Allí radica la distinción entre nuestra alma y el alma animal, pues los animales poseen solamente un alma, el Nefesh. Los animales viven únicamente por los instintos (en el mundo material) no tienen conciencia de la realidad espiritual, no tienen libre albedrío, no tienen libertad para escoger.    Podemos entrenar a nuestra mascota para buscar, traer, llevar, saltar, acostarse, etc. pero no para razonar. Cuando Elohim formó YYATZAR (con dos YODS) al hombre, fue un "alma" (persona completa), en perfecto balance entre Neshamá y Nefesh, un alma dual.  

 

b)    Nuestro Alma

Nefesh y Neshamá, ambas palabras tienen connotaciones diferentes entre sí  y ambas son usadas para expresar “alma”.     Por “néfesh” se expresa una criatura viviente con cuerpo, que respira y tiene vitalidad, emociones y sentimientos, apetitos y deseos.   También denota la presencia fantasmal de alguien muerto y finalmente el corazón (como asiento de los sentimientos).  Por “neshamá” se entiende el acto de inhalar o exhalar aire, el aliento dado por El Eterno al hombre que le dio la capacidad para acumular conocimiento y razonar

Veamos algunos ejemplos: Bereshit 1:21, 1:24, Nefesh significa la vida que anima en todos los seres creados por El Eterno, en Bereshit 2:7, encontramos “y soplo en su nariz aliento “neshamá/espíritu – alma” de vida y fue el hombre un ser “néfesh/alma - ser” viviente “jai” (espíritu vivificante o espíritu con vida).   La Neshamá fue la causa el néfesh es el resultado.   En consecuencia el cuerpo y el aliento de vida hacían uno al hombre en su alma manteniendo la “neshamá” (lo espiritual) y néfesh (lo material) en perfecta armonía.

c)     Nuestro espíritu:

Cuando hubo dado forma al polvo de la tierra y surgió de ella una figura sin vida de una estatua que sería el primer ser humano, quizá El Creador la vio con amor y en lugar de ordenarle con Su palabra que cobrara vida y se levantará, se acerco a su rostro y sopló en su nariz para darle vida, cuando le dio vida soplando en su nariz, le dio algo mas, puso en el hombre un soplo de Su propio Espíritu.    El espíritu (aire o aliento) que hay en cada ser humano es una herencia directa de Dios, algo que ningún animal tiene, es por ese soplo que el hombre tiene la capacidad de llegar a un plano superior de comprensión de su propia realidad y de la existencia de Su creador.

Si queremos definir que s nuestro espíritu, podemos decir en pocas palabras que es el soplo divino de vida que nos hizo seres vivientes y al mismo tiempo nos hizo seres espirituales.   Este “espíritu” no es un ser más dentro nuestro, pues al morir el alma (la persona) este “espíritu” deja de dar vida al cuerpo (Bereshit 6:17)  el aliento o soplo (espíritu) vuelve a su dador (Qohélet/Eclesiastés 3:20-21) (12:5-7) (Uri/Lucas 23:46) (Hechos 7:59-60)

Nuestro espíritu nos es dado como un soplo de vida por El Eterno mismo, que lo dio a Adán y de él paso a sus descendientes, porque tenemos un espíritu dado por El Eterno es que El puede poner Su Espíritu en nosotros, por lo cual nos capacita para hechos por encima de lo natural, como resultado de recibir el Espíritu de Elohim es que podemos vivir espiritualmente sujetos a la ley de nuestro hacedor.

¿Cuándo se rompió el alma dual del hombre?

Hasta ahora, encontramos a un ser con una parte material (cuerpo) y una parte no material (espíritu) la cual traen como resultado un alma (persona existente) dotada de inclinaciones al bien o mal ¿Cuál fue el detonante que partió el alma del hombre? Algunos llaman a este punto el pecado original, nosotros lo llamamos el pecado inicial, puede ser un asunto de semántica. Este pecado inicial fue escalando en una sucesión de transgresiones.    El pecado inicial de Adán, parece sencillo, es el síndrome "lo hice a mi modo". La consecuencia para él y su simiente (o descendencia) fue la perdida de la conexión natural entre el hombre y Elohim el Creador. (Romanos  5:12-13).   El escenario no fue en el mundo exterior sino en el mundo interno de Adán; Su alma, Neshamá y Néfesh eran uno, estaban en completo balance. Como Adán era uno, el mundo era uno, el ambiente perfecto y las condiciones de vida óptimas tanto para el hombre como para las criaturas. Cuando el alma de Adán fue rota, el mundo comenzó a degradarse (Romanos 8:21-22).

Pecado: Contaminación externa

Hasta este punto, antes de la "caída" el "Yétzer HaRá" (inclinación al mal) era una fuerza externa.  El alma del hombre no estaba infiltrada o infectada con Yétzer Hará. Dentro del alma solo había Yétzer Tov (el bien). Recordemos que Adán fue creado perfecto (bueno)... pero El Eterno creó el Yétzer Rá (inclinación al mal). ¿Por qué?  Toda la creación de Elohim es benéfica, cuán difícil es escudriñar esta EMET (verdad) ¿Cómo pudo el buen Creador crear el mal? ¿Cuál fue el propósito de crear el mal?

Yétzer Rá, la inclinación al mal que creó Elohim no debe confundirse con el mal que envuelve al hombre, no es ese mal que lleva al hombre al crimen, al robo al odio. Este tipo de mal destructivo proviene de la perversión y depravación del alma humana.   Reiteramos que es difícil entender como el buen Creador puede crear algo malo. Elohim funciona bajo la regla del JESED/ Misericordia y la regla del DIN/Juicio. ¿Bondad por un lado y Juicio por el otro? La respuesta es que todo lo creado por Elohim es benéfico, de Elohim no procede nada malo. El ejemplo para explicar esto puede ser el de un médico cirujano que debe realizar una cirugía para salvar una vida. Esta operación puede requerir una amputación (mal) pero el resultado salvará una vida (bien). A algunas personas les disgusta ir al dentista, pero es bueno para ti, a pesar de lo desagradable. El mal no emana del Eterno.

El propósito de la creación es establecer la bondad. El ser humano funciona también en dos niveles: el nivel intelectual y el nivel emocional.

Debilidad Emocional

Intelectualmente podemos entender el bien, podemos comprender que El Eterno es bueno y que premia a los que le son obedientes. Desde luego, cuando suceden cosas malas a gente buena, intelectualmente no podemos comprenderlo. Emocionalmente quedamos turbados, molestos. Sentimos los efectos del mal porque es emocionalmente doloroso. Emocionalmente siento el DIN (juicio). Cuando algo bueno nos sucede reconocemos a Adonai con una B’RAJÁ (alabanza y acción de gracias), cuando algo malo nos sucede, reconocemos su divino propósito. De la providencia de Adonai no proviene mal, aunque parezca mal.   El hecho que tengamos una debilidad emocional en este mundo, porque intelectualmente no podemos ver el bien que está más allá de las catástrofes, no quiere decir que Adonai no es bueno.  Lo cierto es que cada cosa mala es finalmente buena en el plan de Elohim. (Romiyim 8:28) (Bereshit 45:4-5)

El Yétzer Rá era una función externa y no residía dentro del alma humana. Cuando el hombre completó su acto de desobediencia, comiendo de la fruta prohibida, el hombre perdió completamente su inocencia (pureza) y el Yétzer HaRá (inclinación al mal) entró a su alma.   Una de las primeras cosas de las que se da cuenta, es de su desnudez como resultado de su separación de Elohim. Su estilo de vida se alteró y su alma quedó rota. El balance entre Neshamá y Néfesh se quebró. Antes de la caída, el cuerpo recibía líneas de dirección del Néfesh (alma), el Néfesh obtenía su alimentación de Neshamá la cual era constantemente renovada con poder del Rúaj/espíritu que obtenía su alimentación directamente del Rúaj Elohim/Espíritu Santo de Elohim.

Interacción dinámica

Esa interacción dinámica que iba de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba fue interrumpida, pues ahora el Yétzer Rá (inclinación al mal) vive dentro del hombre y el pecado tienta al Néfesh y debilita al Neshamá resultando un alma rota y separada. Por lo cual ahora el Rúaj/Espíritu de Elohim va por fuera y el pecado está dentro del alma humana, degradando el Néfesh llevándolo a negar su conexión con su Creador. Esto era lo que clamaba la virgen Miriam "Engrandece mi alma (Néfesh) a YAHWEH y mi espíritu (Neshamá) se regocija en Elohim mi Salvador."

Transmisión del pecado

¿Cómo es transmitido el pecado de una persona a otra? Dice el salmo 51:5 He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre.  La Toráh Oral enseña que el pecado es pasado a través de la simiente humana. En términos científicos esta "simiente" se llama "esperma". Cada ser humano, sea hombre o mujer, nace con la mancha genética del pecado (Yétzer Rá) con excepción de dos seres humanos: el primer ser humano (varón y hembra) y Yeshúa.  Los Escritos Nazarenos/Nuevo Testamento enseñan que Yeshúa nació "sin pecado"(sin mancha). ¿Cómo fue esto posible? Fue posible porque él nació sin intervención de "esperma" humano.  Ahora nuestra mente judía puede aceptar este concepto: ¿cómo fue posible que Yeshúa fuera "sin pecado"?. Y si Yeshúa es "sin mancha", puede ser ofrecido para expiación, para el perdón de los pecados de todos los seres humanos, sean judíos o no.  (Qorintiyim Alef 15:45) 
(Romiyim 5:12, 17,21)

Salvación del alma y de la relación de Dios y el Hombre.

Previamente hemos discutido la dinámica del alma humana: el cuerpo estaba sujeto a dirección por parte del Néfesh; éste recibía su fuente espiritual de Neshamá quien era constantemente renovada por su propio Rúaj/Espíritu quien a su vez, se alimentaba del Rúaj Ha’Kodesh/Espíritu Santo de Elohim. (Romiyim 8:16)

Una interacción dinámica que va de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba.

¿Cómo es salva el alma humana?

Ahora el alma es restaurada (salva) en Mashiaj; ¿cómo? Recordemos lo que Yeshúa dijo a sus talmidim/discípulos cuánto era necesario para él dejarlos y que retornaría a ellos por medio del Rúaj Ha’Kodesh/Espíritu Santo. ¿Por qué debía dejarlos y enviar a su Rúaj? Yeshúa en su presente forma corporal no era omnipresente. En su forma glorificada él puede residir entre ellos a través del bautismo del Rúaj HaKodesh/Espíritu Santo (omnipresente). El poder de su sangre ungida y la presencia interna de su Espíritu completa la Restauración del Alma (Salvación). Por lo tanto, la comunión del hombre con Elohim en una relación constructiva y creciente es posible otra vez. (Filipenses 2:12)

La Toráh: Instrucciones para una Vida Espiritual

Ahora que nuestras almas han sido restauradas podemos comenzar a vivir una vida santa, pues aún tenemos Yétzer HaRá/Inclinación al Mal, con la diferencia de que no tiene el poder que antes tenía sobre nosotros. En la actualidad tenemos la habilidad de resistir al mal, poner el viejo hombre a reposar y acentuar al nuevo hombre.

El pecado es como un cáncer, estaba latente, aún en la etapa de madurez (12 años a las hembras y 13 para los varones la edad de la responsabilidad en el judaísmo). (1 Corintios 13:11).   Luego el pecado era liberado como una furiosa tempestad, al principio pequeño y casi inadvertido y luego el pecado ha crecido vigorosamente sobre la voluntad del hombre para confundir su capacidad de distinguir lo correcto de lo erróneo.

Rabí Assi dijo: “Al principio el impulso al mal es tan fino como el hilo de la telaraña, pero al fin es tan fuerte como coyundas de carreta, como fue dicho: ¡Ay de los que traen la iniquidad con cuerdas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta, (Isaías 5:18; Bavi Sukkot 52ª; Génesis Rabá 22:6) (Gálatas 6:5-9)

 

La necesidad del amor

-          Oye, Israel: YHVH nuestro Elohim, YHVH uno es. Y amarás a YHVH tu Elohim con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, han de permanecer sobre tu corazón; y las inculcarás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y al levantarte. Y las atarás por señal en tu mano, y estarán por frontales entre tus ojos; y las escribirás sobre las jambas de tu casa, y en tus portones. Deuteronomio/Devarim 6:5-9

La segunda bendición de la Shemá concluye con el amor entre Elohim e Israel (los judíos por sangre y los judíos por fe -gentiles creyentes). En ese párrafo está la orden de amar a Elohim con todo nuestro corazón y con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas.

-           Con todas tus fuerzas: es decir, con todo tu tiempo, con todo tu dinero y con cualquier otra posesión material.

-          Y con toda tu alma: El Sifré enseña que uno viene a amar al Eterno por medio del estudio de su Toráh y transitando las infinitas sendas de su sabiduría. Conocerle es amarle;

-          Con todo tu corazón: La orden es BEKOL LEVAVEJA con todo tu corazón. Nuestros sabios, de bendecida memoria, expresaron que la palabra hebrea para "tú corazón" es deletreada con dos (2) lamed L - L, cuando pudo haberse deletreado con una sola. De la estructura de esta palabra, el Talmud infiere que deberíamos servir a YAHWEH con nuestros "dos corazones", es decir, con tus dos inclinaciones, Yétzer Tov (inclinación al bien) y Yétzer Rá (inclinación al mal).

A lo bueno puedo entenderlo intelectualmente y de lo malo siento sus efectos emocionales que me impiden entenderlo intelectualmente. Intelectualmente puedo entender que puedo amar a Elohim con mis acciones de obediencia (mitzvot). Pero, ¿cómo puedo yo amar a Elohim con mi mala inclinación? Podemos amar a YAHWEH con el Yétzer HaRá, rechazando sus impulsos y no sometiéndonos a ellos. ¿Tenemos la capacidad (poder) para hacerlo? Recuerda el bautismo del Rúaj Ha’Kodesh/Espíritu Santo "y recibirás poder".

El RAMBAM, Moses Maimónides, propone una forma diferente de amar a Elohim con tu inclinación al mal. El dice: "Esto se refiere a los instintos carnales de uno, sus antojos terrenales, tales como sus deseos por alimentos y otras gratificaciones físicas. Canalizando aun las más temporales características humanas frente al servicio a Dios, mediante el comer alimentos koshér con moderación; por tener relaciones sexuales solamente con la esposa propia en los tiempos permitidos -uno lleva la actividad a niveles elevados y lo que ocurre es que sirve a Dios también con la inclinación al mal" (Bavi Berajot 61b, Rambam Sefer Berajot, Mishné Toráh).

En resumen hemos cubierto varios conceptos escriturales (Doctrina/Teología), en esta tesis hemos tratado del concepto de Dios, Hombre, Pecado, Salvación, Espíritu Santo, y Divinidad del Mesías. Esta es una visión breve del Plan de Salvación para judíos y No Judíos. La Restauración del Hombre Depravado y el Alma Rota, Redención por la Unción del Sacrificio del Mesías y por la presencia Interna del Rúaj Ha’Kodesh.

 

 
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