OR TESHUVA
  2. El Que Existe y da vida a lo que existe
 

I
El que Existe y da vida a lo que existe

La pregunta: “¿Quién es Di-s?” sería una buena pregunta; pero es mejor preguntar: “¿Qué es Di-s? ¿Por qué razón? Esto se debe a que si preguntamos quien es Di-s, pudieran provenir muchas respuestas.   Las Escrituras Hebreas y El Testimonio de los Emisarios (Apóstoles) nos enseña que en toda la existencia, desde la eternidad, siempre ha habido y habrá un solo Eloha (Poderoso/Di-s) el cual es Supremo por sobre todo.    A partir de este momento, tenemos que establecer exactamente el concepto correcto de qué es Di-s y qué no lo es.   De todas las doctrinas del judaísmo sustentado en las Sagradas Escrituras, ésta es la más fundamental.   

Si alguien entiende correctamente cada una de las otras doctrinas posibles, pero comienza a seguir a otro dios deformado, cambiado, alterado, inventado, ajeno al concepto hebreo de las Escrituras tales como trinidad (tres en uno) o binidad (dos en uno) entonces todo su entendimiento viene a ser completamente en vano.   Tenemos que entender al verdadero Di-s de las Escrituras Hebreas.   Todas las demás verdades de las Sagradas Escrituras están basadas en este conocimiento. Una vez comprendido, es más fácil crecer en el conocimiento y entendimiento de la verdad. Pero también tenemos que estar conscientes de los conceptos falsos.   El Eterno nos encomienda a examinar todas las cosas (Carta a los Tesaloniqim Alef - I Tesalonicenses 5:21). ¡Esto incluye Su existencia! Él ha provisto amplia evidencia para hacerlo, así pues debemos analizar cuidadosamente y a la luz de las Escrituras, entendimiento y concepto hebreo que es ADONAI para no dejarnos llevar por conceptos errados acerca de Él.

El Creador Existe y dirige todo lo que existe

Esta la primera expresión doctrinal en la declaración de fe judía,  El hecho de la existencia de la existencia del Eterno es tan conspicuo, tanto a través de la creación y a través de la conciencia del hombre, que las Escrituras llama “necio” al ateo (Tehilim/Salmo 14:1).   De acuerdo a esto, las Sagradas Escrituras nunca intentan probar la existencia de YHWH (ADONAI) (EL ETERNO); más bien, asume Su existencia desde el mismo inicio (Bereshit-Génesis 1:1).   Lo que las Sagradas Escrituras hacen es revelar la naturaleza, el carácter, y la obra de Di-s.

El concepto de un ser divino mayor que el ser humano, es algo que en toda cultura y civilización se ha manifestado, esto se debe al hecho de que el hombre en su razonamiento llega a la conclusión de que tiene que haber una explicación al menos para nuestro mundo y para nuestra existencia y que solo un ser superior al hombre serviría para explicarlo.   El hombre de forma intuitiva propende a buscar un ser que es más superior a Él en todas las cosas.   El Eterno es invisible a los ojos humanos (Testimonio de Yohanán (Juan) 1:17) más sin embargo su existencia es tan evidente.   El fundamento básico de la Toráh y el principio central de la sabiduría consiste en saber que existe un ser primordial, el cual creó todo lo que existe, siendo que todo lo existente, en el cielo y en la tierra y entre ambos, no fue creado sino por la esencia de su existencia.

El término "fundamento básico" utilizado por Rambam (maestro de judaísmo) es definido por Abrabanel en su libro Rosh Amaná (cap. 6) como "algo sobre lo cual se mantiene, o depende, otra entidad; siendo que esa entidad no tiene mantenimiento sin éste"   De aquí podemos entender, que El Mesías, La Toráh, la Creación e Israel como cada israelita sean uno con Ha Kadosh Baruj Hu.   

Así también es la expresión usada por Rambam en la lista de los fundamentos de la Toráh: "El fundamento básico primero es saber que existe un Creador.    Rambam comienza a escribir su corpus monumental con la expresión "Yesod HaYesodot VeAmud HaJojmot" (El fundamento básico de la Toráh y el principio central de la sabiduría...), cuyas iniciales forman el Tetragramatón YHVH, el Nombre divino de cuatro letras, como símbolo de la conducta del verdadero sabio de poner el recuerdo de Ha Kadosh Baruj Hu (El Santo Bendito Es) frente a él siempre.

El Mensaje central de la Toráh

 

La existencia del Eterno como concepto central de la Toráh es mencionado por Rambam también en el Séfer HaMitzvot (Mitzváh 1), en la lista de los fundamentos de la Toráh, siendo la negación de este fundamento uno de los factores que define a los réprobos denominados "Minim" (herejes) (cf. Hiljot Teshubá 3:7).   La evidencia de la existencia de Di-s en la creación es tan clara que el rechazarla es el fundamento de la condenación del mundo pagano, que no ha escuchado de la Toráh y la Besoráh (Carta a los Romiyim – Romanos 1:19-20).   Si se conjetura que El no existiese, ningún otro ser podría existir.    Este ser primordial no sólo es el Creador de todos los entes existentes, sino también los mantiene, Él es la causa de su existencia, por lo tanto no pueden existir sin que El los mantenga.   La novedad introducida por la Toráh, en este concepto, dentro del mundo antiguo está en la absoluta necesidad de Ha Kadosh Baruj Hu, lo cual no era el pensamiento filosófico de los pueblos antiguos, en donde los dioses eran un reflejo humano, incluyendo su contingencia.

Si se conjetura que todo lo creado no existiera, El existiría y no dejaría de existir por la no existencia de los demás seres, ya que todo lo existente lo necesita, en cambio Ha Kadosh Baruj Hu, no necesita ni siquiera de uno de ellos.   Por lo tanto su esencia no es como la esencia de ningún ser.   Esto es lo que declara el profeta Yermiyahu – Jeremías 10:10

-          "YHWH, Di-s, es verídico (existente), Él es Di-s vivo, Rey del universo; la tierra rugirá por su furia, ningún pueblo podrá contra su enojo."

Es decir, El únicamente es la existencia y ningún otro ser posee existencia como la Suya.   

Diferente a todo tipo de existencia

Así declara la Toráh en Devarim (Deuteronomio) 4:35:

-          "A ti se te ha informado para que comprendas que YHWH es Di-s, y que no existe otro fuera de Él"

O sea no existe otro ser existente, de la forma que El existe, fuera de Él solo dentro de Él la vida de cualquier rey, juez, ángel, ser humano, patriarca es seguro en existencia.   Este ser es Di-s del Universo, Soberano de toda la tierra, que fija el curso de la esfera del movimiento diurno con energía ilimitada e ininterrumpida. La esfera del movimiento diurno gira constantemente, siendo imposible que gire sin motor; Ha Kadosh Baruj Hu es el motor que la hace girar.

 

Di-s es definido como el Creador del universo, como declara el primer verso de la Toráh:

-          "En el comienzo Dios creó los cielos y la tierra" (Bereshit - Génesis 1:1).    

-          Asimismo, Dios dijo: "Yo soy Dios, Yo creo todas las cosas" (Yeshayahu - Isaías 44:24).

Como Creador del universo, Di-s debe estar separado del mundo y debe diferenciarse de él. En consecuencia, el judaísmo rechaza la filosofía del panteísmo (la creencia de que el mundo y Dios son lo mismo).     Nada puede existir por sí mismo como El, ni darle vida a él para que exista.   Como Creador del universo, la existencia de Di-s no puede depender de ninguna de Sus creaciones.   En consecuencia, el judaísmo rechaza cualquier definición de Di-s como una fuerza ética abstracta o una convención social.

Como Creador de todo, Dios está en un plano superior al de Su creación.   En consecuencia, nos referimos a Él como el Ser Supremo.   Como Creador, El Eterno es absolutamente diferente a todo lo demás que existe.  En consecuencia, es completamente incognoscible.   A pesar de que Di-s mismo es incognoscible, nosotros sí podemos, hasta cierto punto, entender Su relación con el universo.   De esta forma, hablamos del Eterno por medio de Sus "atributos de acción".   También, a pesar de no poder saber lo que El Eterno es, podemos aprender mucho a partir de saber lo que no es.   En este sentido, hablamos de Di-s utilizando "atributos negativos".

 

Argumentos en favor de la existencia de Di-s

 

Hablando a favor de la existencia de Ha Kadosh Baruj Hu, procediendo de los hechos de la creación, aparte de la revelación de la Escritura pueden observarse cuatro líneas de razón:

a)      El argumento ontológico: Sostiene que el Eterno tiene que existir, porque el hombre universalmente cree que El existe.   Esto, a veces es llamado un argumento a priori.

b)     El argumento cosmológico: mantiene que todo efecto tiene que tener una causa suficiente y por tanto el universo necesita tener una causa suficiente y por tanto el universo que es un efecto tiene que haber tenido un Creador como causa.   Implicada en este argumento está la complejidad de un universo ordenado, que no pudo haber tenido existencia accidental.

c)      El argumento teológico: resalta que cada diseño tiene que haber tenido un diseñador, y como la totalidad de la creación está intrincadamente diseñada e interrelacionada, tuvo, por tanto, que haber tenido un gran diseñador.   El hecho de que todas las cosas funcionen juntas, indica que este diseñador ha tenido necesariamente que haber sido uno de infinito poder y sabiduría.

d)     El argumento antropológico: Arguye que la naturaleza y existencia del hombre resulta absolutamente inexplicable de no ser por la Creación de Di-s, quien tiene una naturaleza similar, pero mucho mayor que la del hombre.    Implicado en este argumento está el hecho de que el hombre tiene intelecto (capacidad para pensar), sensibilidad (capacidad para sentir), y voluntad (capacidad para realizar la elección moral)

 

Conclusión:

 

De muchas manera podemos demostrar Que El Eterno existe, y todas las formas tiene valor considerable y el hombre puede ser condenado por rechazar las pruebas (Romiyim – Romanos 1:18-20) sin embargo los argumentos comprobables no han sido suficientes para llevar al hombre en la apropiada relación con ese Ser Supremo que Existe y dirige todo lo que existe, ni han podido producir una fe real en El Eterno.   Para lograr todo esto, el divino arquitecto dio un plano, un mapa de ruta que ilumina los muchos senderos tortuosos y oscuros del mundo. Este mapa de ruta es la Biblia, que le da a la humanidad las instrucciones para llevar una vida significativa y productiva. Nos da la perspicacia para ver más allá de las capas externas de nuestro universo físico y ver lo Divino que hay adentro.   Nos muestra las buenas acciones que cada persona debe realizar, los medios por los cuales refinar nuestras vidas y nuestro ambiente.   Todo ser humano tiene un pequeño rincón del universo material que debe ser refinado y preparado como hogar para Di-s. Ya sea un médico o un científico, un empleado o un camionero, un padre o un maestro. Y cuando todo el universo llega a comportarse de acuerdo con las intenciones de su creador, entramos a la Era Mesiánica: el tiempo de la redención y la revelación de lo Divino en todo el universo.

Solemos oír a gente que cuestiona la existencia de Di-s. Quizás alguno de ustedes sea uno de ellos, presentan preguntas tales como ¿si Di-s existe porque permite tanto sufrimiento? pero parecen pasar por alto que el sufrimiento es el resultado de nuestros pecados, de nuestras propias decisiones y no de la existencia o no existencia del Eterno. Es interesante notar que mucha gente tiende a cuestionar la existencia de Di-s con mucho más rigor que cuestionan muchos otros aspectos de sus vidas. Pensemos en la frecuencia con que nos apoyamos en el saber especializado de otros para determinar nuestras decisiones vitales. Aceptamos el juicio de médicos y científicos. Aceptamos el consejo de gente que nos dice cómo comer y dormir, cómo jugar y trabajar, cómo vestirnos y cómo comportarnos. ¿Con cuánta frecuencia pedimos examinar la investigación básica en que se apoya el diagnóstico del médico, o pedimos inspeccionar la cocina del restaurante donde comemos?

Pero cuando se trata de Di-s, somos mucho más escépticos. ¿Por qué de pronto nos ponemos tan rigurosamente lógicos? ¿Será que tememos la enorme responsabilidad que estamos aceptando cuando nos embarcamos en nuestra misión divina de llevar una vida productiva y plena de sentido?    La gente hoy habla cada vez más sobre El Eterno, sobre la necesidad de volver a una busca de valores más altos y mayor conciencia de nuestra misión espiritual en la Tierra. Todo este discurso está bien intencionado; ahora es hora de hacer algo al respecto.   Dejemos entrar a Ha Kadosh Baruj Hu en nuestra vida.   No cuesta mucho. El Eterno sólo nos pide una pequeña abertura, el ojo de una aguja, a través del cual Él nos proveerá la más amplia entrada a una realidad absoluta. Dediquemos apenas un pequeño rincón de nuestra vida a Di-s, pero usemos ese rincón para ese solo fin.   Somos la generación que completará el proceso de traer a la conciencia la presencia de Di-s en el mundo. Alcemos por fin la cortina que ha ocultado la presencia de Di-s tanto tiempo. Estamos cansados de la mascarada. Hemos estado esperando, y Di-s ha estado esperando. No Lo hagamos esperar más.

 

 
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